Instrucciones para visitar un museo
Los museos son sitios fascinantes. Al margen de sus edificios o dependencias, muchas reconocidas por su valor histórico o arquitectónico, o la conservación o la exposición (convenientemente ordenada) de todo tipo de objetos –en su mayoría relacionados con la ciencia y el arte o los valores culturales–, los museos guardan curiosas semblanzas y particularidades. Para empezar, si usted se aventura a visitar uno de estos sitios, es bueno que sepa que son de los pocos lugares en el planeta donde el visitante experimenta –fuera de toda explicación científica– una repentina 'congelación del tiempo'. Como visitante, usted adquiere su boleto –usualmente a la entrada del museo–, tras haber padecido una larga y tediosa fila. Una vez dentro, tan pronto pone un pie sobre el tapete que le da la bienvenida, la impresión que sigue será la de estar dentro de una ‘cápsula hermética’, la que –con seguridad– sigue una ‘órbita’. Por eso, no se le haga extraño que experimente nauseas