Instrucciones para escribir un ‘post’
Asegúrese de escribir de madrugada. Si así no puede hacerlo, por lo menos asegúrese de sentarse a escribir en piyama. Eso sí, sin dejar de lado las pantuflas, una buena manta que le abrigue la espalda y –de ser posible– una generosa taza de alguna bebida caliente (un café recién colado, por ejemplo, sería lo ideal). Esto, si usted reside en clima frío; pero si usted tiene la fortuna de habitar en un piso térmico templado o cálido, o cuenta con el privilegio de habitar en el litoral: camiseta y pantaloneta, junto con un ventilador y la protección de un mosquitero, serán suficientes. Escribir en total comodidad ayuda a que las ideas se desinhiban.
Se reitera lo recomendable que es escribir de madrugada, toda vez que el silencio y las ‘no interrupciones’ favorecen profusamente el avance de la escritura. Pero el silencio de la madrugada, ligado al comienzo de un nuevo día, no sólo favorecen la concentración, sino que atraen y son el escenario predilecto de las ‘orfes’ (hadas ‘orfebres de las artes’). Son ellas las que –en generoso acto– brindan lo que el común de los mortales llama ‘inspiración’ (y los escritores de ‘posts’ saben lo difícil que es liar con la inspiración). Habrá entonces momentos en los que usted intuirá que no es usted; y lo abordará la sensación de como si algo o alguien, más allá de su razonamiento, le pasara las ideas. Mantenga la calma, no se afane: son las ‘orfes’; y si ellas le dictan: no se resista, usted sólo copie. Y en lo posible, no las contradiga; primero, porque son temperamentales; y segundo, porque de ellas dependerá buena parte del crédito de su creación.
Pero ante todo, tenga: si no un concepto, sí una idea clara sobre lo que quiere escribir. Y en esto, las noticias diarias son fuente abundante de temas. Es sólo cuestión de escoger aquel tema con el que más se identifique o aquel con el que, con sólo verlo, éste actúe como detonante en su cabeza.
Antes de publicar su ‘post’, ese artículo que ha masticado y relamido palabra por palabra y que sumará contenido excelso a aquel ‘blog’ que lleva en su web, dese un instante para revisar –una vez más– su escrito; pero sólo después de que hayan pasado algunas horas, no antes; así, tanto su escrito como usted, podrán respirar. Hágale entonces los ajustes que considere pertinentes, en función de expresar claramente aquello que verdaderamente quiere expresar, y de optimizar su contenido; y en ese punto, agréguele un título épico (el título augura más del 70% del éxito de un ‘post’). Luego, déjelo ‘en reposo’ 3 días más, antes de arriesgarse a publicar; porque suele suceder que de no ser así: publica, y después de publicado, como por arte de encanto, le descubre todas aquellas fallas y errores que no le hubiese gustado terminar viendo en su publicación. Una vez afianzado todo dentro de estos términos: publique. Y nada: suerte con su ‘post’.
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