Instrucciones para conciliar el sueño

 


Una de las acciones cruciales para conciliar el sueño, la que quizás resulte obvia, pero que es el paso definitivo para conectar nuestro mundo con el onírico, es: cerrar los ojos. El sueño es uno de esos contados eventos, realizados por los humanos, para el que es indispensable: cerrar los ojos; tanto los físicos, como los de la consciencia.

 

La desfragmentación o la unificación de la consciencia, poder traspasar sus umbrales, aplacar el estado de constante alerta en el que activamente nos sumerge la consciencia, nos pone ante las puertas de la ensoñación y la activación del sueño.

 

Puesto así, de forma sutil pero directa, es como afianzar el tinte sobre lo evidente. Sin embargo, es en dicha evidencia en la que conscientemente pocas veces se repara; sólo hasta cuando las dificultades para dormir –plácidamente– aparecen y lo que antes resultaba habitual y sencillo, ahora cobra otro precio.

 

Y si vamos al uso de palabras francas y categóricas, la actividad de la consciencia, al momento de dormir, no es más que una molestia. Y si se analizan todas aquellas recomendaciones, dadas por distintos especialistas, enfocadas a conciliar el sueño: en conjunto, todas, no son más que simples 'trampas para la consciencia'; que –según el caso– lo que buscan es aplacarla o sobornarla; hacer que ésta perezca por agotamiento o –en el peor de los casos– por aburrimiento, para así nosotros poder adentrarnos en el placentero mundo de los sueños.

 

Las recomendaciones están por ahí. Y las hay de todo tipo; desde: beber algo tibio –y sin cafeína– como leche o un té de hierbas, tomar una ducha o un baño caliente, leer un libro o una revista, escuchar música suave o un audiolibro; hasta: meditar, desconectar los aparatos electrónicos o contar hacia atrás a partir de 300, de 3 en 3; entre muchas otras.

 

Pero aquí no hay más que decir que la elección está en sus manos. Usted cuenta con la entera libertad de irse a la cama con el sinfín de problemas del día dándole vueltas en la cabeza y pasar una noche de pesadilla, o hacer un pequeño esfuerzo y dejar sus problemas dentro de una ‘pequeña caja’ sobre la mesa de noche, de tal forma que al desconectarse de ellos haga conexión con todo tipo de sueños plácidos, con la seguridad de que al día siguiente vendrán a usted posibles soluciones e ideas inspiradoras para encarar cada uno de esos problemas. Porque si hay algo en lo que coinciden los especialistas en cuanto al sueño, es que es reparador; mejora el aprendizaje, la memoria y el estado de ánimo; reorganiza el cerebro para el día siguiente y no es reemplazable por ninguna otra actividad, medicamento o intervención médica conocida. Un descanso adecuado tiene todo que ver con realizar una pausa mental y un reposo físico.

 

Y para el cierre, esta afirmación de Cortázar, hecha en 1964, en una entrevista: “Tenemos que obligar a la realidad a que responda a nuestros sueños, hay que seguir soñando hasta abolir la falsa frontera entre lo ilusorio y lo tangible, hasta realizarnos y descubrir que el paraíso perdido estaba ahí, a la vuelta de todas las esquinas”.

 


 

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